La esperanza es una cosa que tengo cuando me
despierto, que pierdo en el desayuno, que recupero cuando recibo el sol en la
calle y que, después de caminar un rato, se me vuelve a caer por algún agujero
del bolsillo. Y me digo: “¿Dónde quedó la esperanza?”. Y la busco y no la
encuentro. Y entonces, aguzando el oído, la escucho ahí, croando como un sapito
minúsculo, llamándome desde todos los pastos. La tengo, la vuelvo a perder. A
veces duermo con ella y a veces duermo solo. Pero yo nunca tuve una esperanza de
receta, comprada en una tienda de corte y confección, una esperanza dogmática.
Es una esperanza viva y, por lo tanto, no sólo está a salvo de la duda, sino
que se alimenta de la duda.
Eduardo
Galeano
Citado en
La tela de la araña,
Año VI,
nº 14, jul 2011
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