La soledad de las redes

Las redes sociales llegaron para unirnos y comunicarnos. O al menos eso nos dijeron. 
Hoy, después de varios años de experiencia y de una oferta en crecimiento, las redes en muchas ocasiones parecen ser más propicias para la discordia y la desinformación.
Una nota en la que Alberto Barrera Tyszka  reflexiona sobre el tema en The New York Times ES:


Opinión |Fuera de serie
Los espejismos de las redes sociales

Por Alberto Barrera Tyszka 30 de junio de 2019

Credit Diptendu Dutta/Agence France-Presse — Getty Images

MIAMI — ¿Son las redes sociales una nueva utopía?


Cuando yo era niño, si alguien te preguntaba: “¿Qué quieres ser cuando seas grande?”, las alternativas eran variadas y podían ir desde médico hasta policía, pasando por albañil, piloto o boxeador. Hoy lo más posible es que más de un niño, ante la misma pregunta, conteste de forma inmediata y contundente: “¡Influencer!”. Con su misma velocidad galopante, las redes sociales han pasado de ser un medio de comunicación a ser un modo de vida.

En términos digitales, soy un hombre incompleto. No uso Facebook ni Instagram. Solo tengo una cuenta de Twitter que tampoco frecuento demasiado. En ella, en general, solo sigo cuentas de medios de comunicación o de periodistas, como deseando mantener cierta distancia con respecto a las dinámicas personales que a veces parecen dominar la red. Soy un tímido radical. Entro y salgo de Twitter velozmente. Interactúo poco. Pero nada de esto implica alguna calificación moral. No creo que se trate de una virtud ni tampoco de un defecto. Pienso que Twitter ha traído grandes ventajas al flujo de las noticias y del conocimiento. Es obvio que es una herramienta invaluable en sociedades donde reina la impunidad y existen poderes dedicados al control y a la censura, empeñados en imponer una narrativa única a todos los habitantes. Nada de eso está en discusión. Lo que me interesa y me llena de interrogantes es la experiencia Twitter, aquello que está más allá o más acá de la información.


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