La vieja dama británica cumple años

Un día como hoy, pero de 1768, se publicaba por primera vez la Enciclopedia Británica.
Fruto de la época, la más importante enciclopedia de habla inglesa, daba respuesta a la gran enciclopedia francesa que Diderot y D'alambert estaban publicando al otro lado del canal desde 1751.

En la Argentina, la Británica se vendía puerta a puerta y era la aspiración de muchas familias. El propio Jorge Luis Borges contaba cómo disfrutaba leyendo sus extensos artículos que le permitían asomarse a mundos desconocidos en las tardes de su infancia y adolescencia.
Hoy en día, esa es una imagen difícil de imaginar ya que las facilidades del libro electrónico y de internet convirtieron a las enciclopedias en un objeto obsoleto, aunque estuviesen recién publicadas. Sumado al detalle de que su última edición, en 2010, costaba alrededor de U$ 2000.

Así que la vieja dama abandonóel formato papel (después de haber vendido 7 millones de colecciones en 130 países) y se quedó con su versión web de acceso parcialmente abierto, a partir del año 2012.
Hoy celebra más de 200 años, todo un logro en la industria editorial, y de alguna manera nos impone la reflexión sobre el tan maltratado enciclopedismo, al que ya hace muchos años que se lo critica en el ámbito escolar, como sinónimo de aprendizaje aburrido, pura repetición y memoria.
 
Pero no era ese el espíritu de los enciclopedistas franceses.  La Encyclopédie, ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers (Enciclopedia, o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios) pretendía reunir todo el conocimiento humano, para facilitar su consulta y su difusión. 
Empezó como una traducción de la enciclopedia de Chambers, antecedente de la Británica, y creció hasta convertirse en una obra monumental de 17 volúmenes, más 5 suplementos, 11 volúmenes de imágenes y 2 de índices.
La obra es el reflejo de su época, un mundo cambiante que necesitaba ser explicado de manera racional, a través de la ciencia y del conocimiento.
Por eso, enciclopedismo no es la simple acumulación. Es reunir y organizar, para tener la información disponible, poder consultarla y así entender mejor el mundo.

Hoy escuelas y universidades cuentan con bibliotecas y la información está más a mano que nunca, literalmente ya que el mundo está en nuestros teléfonos celulares.
Pensando en la diferencia entre la enorme tarea de aquellos hombres y las facilidades con las que contamos actualmente,  quizás valga la pena reflexionar sobre el desafío de la información: leer, comprender, relacionar, contrastar... y opinar.


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